Expresión de solidaridad

La misión por la infancia en Breves, Brasil.

25/07/2016

25/07/2016 La misión por la infancia en Breves, Brasil.
El centro apostólico María Ràfols, localizado en la isla de Marajó, es un refugio para una infancia que lucha por sobrevivir. Aquí se cubren las necesidades más básicas de los niños.
 
Cuando la vida es una lucha por lo más esencial.
La infancia debe enfrentarse a múltiples dificultades que destruyen su felicidad. Los niños no pueden sonreír cuando su propia seguridad e integridad física están amenazadas.
 
Aquí se atiende a los niños que no pudieron estudiar por el mal endémico del país: "el hambre". Muchos niños pasan hambre y para ellos es imposible aprender. En los colegios se da al menos una merienda al día, pero en ocasiones, no es posible y los profesores optan por enviar a los pequeños a casa. Saben que sin alimentación no pueden aprender. Así, muchos niños no son capaces de leer y arrastrarán de por vida dificultades en la comprensión y el desarrollo.
 
Es habitual ver niñas con 11 ó 12 años que se ofrecen por una hamburguesa y una coca-cola y recibirlas embarazadas pero es más duro cuando se les pregunta y sus primeras relaciones han sido con el padre, el tío o el marido que ahora vive con la mujer y muy duro pensar en que a veces las madres son quienes las envían a esto para tener una boca menos y que en la casa entre algo de dinero.
 
La enfermedad es muy habitual. En la isla llueve habitualmente pero durante 6 meses llueve con fuerza. Entonces suben las aguas que arrastran todos los residuos y vienen los peligros del Cólera. Son habituales la malaria, el tifus, la lepra, la tuberculosis o diarreas y gastroenteritis. Los niños juegan en los residuos de agua y por si fuera poco entran en la selva con el riesgo de las víboras. No tienen donde desarrollarse y vagan por las calles desnudos.
 
Los niños apadrinados pueden tener la garantía de asistir a un colegio. De tener su ropa o sandalias. Ir al colegio supone tener una merienda asegurada que a veces será el único alimento que tomarán en ese día y si enferman tienen asegurados sus medicamentos.
Lo más importante es que las familias con niños apadrinados no se sienten solas ya que saben que alguien se interesa por ellos. Es una nueva forma de vida. Antes, ellos nacían, vivían, enfermaban y morían y nadie sabía de su existencia y mucho menos sus propios gobernantes. Ahora una prioridad es que el niño apadrinado tenga su propio registro de nacimiento y que exista como Brasileño.
 
El niño apadrinado está amparado. Sabe que tiene un lugar donde ir para que se le ayude cuando tiene alguna necesidad. Muchas veces se les ha ayudado con medios para construir una casa digna. Que los niños y sus familias tengan paredes, con ventanas y un techo es nuestro objetivo en el centro de Breves Pará.
 
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