Colombia: inundaciones en Mocoa
2017
La Hermana Crisanta y la Hermana Melby fueron testigos presenciales. "Circulábamos hacia nuestra misión de Villagarzón cuando tuvimos que deternernos ante las fuertes avalanchas. Es terrible, pobre gente. Vamos a necesitar mucha ayuda para poder atenderles. Estamos sin luz, agua ni gasolina. Hemos ido al río para hacer una oración por todos los difuntos. Aquí han aparecido muchos cuerpos y nos dicen que a 16 kilómetros hay muchos más...", decía Melby.
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, ante semejante tragedia, comenzaron a realizar una labor de atención de primeros auxilios. "Estamos en esta fase", decía la Hermana Homaira, "en la que atendemos a los afectados con alimentos y agua, y les ofrecemos colchonetas y mantas para que puedan ir acomodándose".
Pero esto solo era el principio. Las Hermanas pensaban en cómo poder ayudar a tanta gente cuando Mocoa ya no fuese noticia. Por ello, se comenzó la gestión de microproyectos de ayuda. Realizaron un proceso de identificación de necesidades con el fin de que las ayudas fuesen más efectivas. "Algunos tenían pequeños carros de fruta, hortalizas, tubérculos... con los que iban apañándose, otros vivían de su trabajo en los mercados. Queremos hacer efectiva las ayudas apoyando con pequeños proyectos para que las personas afectadas puedan ir construyendose un futuro", decía la Hermana Melby.
El objetivo fue atender al máximo número de familias, y la gestión de estos microproyectos de ayuda permitió que muchas familias pudiesen recuperarse de la tragedia, salir adelante y construir una base sólida desde la que poder mantenerse de manera sostenible en el tiempo. Poco a poco, lograron dejar atrás la tragedia y comenzar una nueva vida.