Perú: el fenómeno del "niño costero"

2017

La pérdida de vidas humanas y las pérdidas materiales fueron incontables, y el dolor y la desesperación hicieron mella en unas comunidades que ya afrontaban las duras consecuencias de una intensa pobreza.

Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, presentes en el país desde hace mucho tiempo, atienden desde sus misiones a los vulnerables y desfavorecidos. Y durante todo el año de 2017, tras la catástrofe, realizaron esfuerzos especialmente importantes para ayudar a las víctimas a recuperar la normalidad y volver a sonreír.

Surgieron muchos casos, con muchas necesidades, y en la misión de las Hermanas se luchó día a día por ofrecer soluciones, esperanza y oportunidades de futuro a quienes tenían muy poco o nada, y se habían convertido además en víctimas de la furia del "niño costero".

Se llevaron a cabo proyectos específicos de construcción de viviendas, además de otras muchas acciones sobre el terreno para brindar apoyo a los afectados. Por ejemplo, se puso en marcha un proyecto para la construcción de otra vivienda destinada a tres hermanas solteras de avanzada edad, dos de las cuales padecen sordera, siendo la tercera quien se encarga de cuidarlas.

Además de esta familia, muchas otras recibieron ayuda en la misión. Sirve como ejemplo el caso de una familia con 7 hijos, que vivían en pleno descampado, y que ahora pueden disfrutar de un hogar, sencillo y funcional, que les permite cobijarse y vivir con seguridad. La familia está feliz y agradecida, y así se lo ha expresado a las Hermanas.

Las ayudas y el esfuerzo de las Hermanas hizo posible que estas comunidades pudieran superar, poco a poco, la desolación que este fenómeno trágico había dejado tras su paso. La esperanza pudo volver a alojarse en el seno de todas estas familias.