Breves Pará
País: Brasil
Breves Pará
Centro Apostólico María Rafols
Rua Constantino Félix, 3417
Barrio Bandeirantes
68800 Breves - Pará
Tel.: 7831235
Cuando la vida es una lucha por lo más esencial.
La infancia debe enfrentarse a múltiples dificultades que destruyen su felicidad. Los niños no pueden sonreír cuando su propia seguridad e integridad física están amenazadas.
La estructura social.
Aquí se atiende a los niños que no pudieron estudiar por el mal endémico del país: el hambre. Muchos niños pasan hambre y para ellos es imposible aprender. En los colegios se da al menos una merienda al día, pero en ocasiones, no es posible y los profesores optan por enviar a los pequeños a casa. Saben que sin alimentación no pueden aprender. Así, muchos niños no son capaces de leer y arrastrarán de por vida dificultades en la comprensión y el desarrollo.
La sociedad vive un feudalismo indignante. El padre o la madre trabajan cortando madera o palmito que luego tienen que llevar al patrón. Este marca el precio, pero como el empleado tiene que comprar todo lo necesario para vivir en la tienda del patrón siempre queda en deuda pues los precios de la tienda del patrón son muy altos. Por ejemplo una caja de antibiótico vale en la capital 2,5 dólares, en la ciudad 5 dólares y en la tienda del patrón vale 8 dólares. Como la enfermedad es habitual, la deuda con el patrón es interminable.
La familia.
No hay estructura familiar pues las mujeres se unen con diferentes hombres y puedes encontrar en una misma familia de 8 a 10 hijos con diferentes padres, pero sin uno en la familia. En general son muchos miembros en la familia y quien más trabaja es la abuela que cuida de los nietos porque a veces son abandonados siendo muy niños. La infidelidad es grande por la fuerza de la sexualidad ya que los niños ven de cerca el ejemplo de los padres en los escasos metros cuadrados del hogar.
Es habitual ver niñas con 11 ó 12 años que se ofrecen por una hamburguesa y una coca-cola y recibirlas embarazadas, pero es más duro cuando se les pregunta y sus primeras relaciones han sido con el padre, el tío o el marido que ahora vive con la mujer y muy duro pensar en que a veces las madres son quienes las envían a esto para tener una boca menos y que en la casa entre algo de dinero.
La alimentación.
Los alimentos típicos son el maíz, el arroz, las judías, algo de carne y la fruta típica de la isla: El Acai con el que se hace un zumo que se toma con casi todo aunque no es muy nutritivo.
En los hogares se hacen pasteles de maíz o helados y los niños salen a venderlos por las calles. También venden pan. Las panaderías les dan unas bandejas de pan y salen a venderlos durante todo el día. Con un poco de suerte sacarán dos dólares.
Situación religiosa.
Es un pueblo muy religioso, con devociones muy profundas, con tradiciones de santos, fiestas patronales fuertes pero a la vez con la presencia de brujos, de magia que se mezcla mucho con la religión y la superstición.
Hay una presencia importante de protestantes y estos oprimen mucho a los católicos a quienes tratan como inferiores. Hay poca presencia de religiosos en Marajó.
Sanidad.
La enfermedad es muy habitual. En la isla llueve habitualmente pero durante 6 meses llueve con fuerza. Entonces suben las aguas que arrastran todos los residuos y vienen los peligros del cólera. Son habituales la malaria, el tifus, la lepra, la tuberculosis o diarreas y gastroenteritis. Los niños juegan en los residuos de agua y por si fuera poco entran en la selva con el riesgo de las víboras. No tienen donde desarrollarse y vagan por las calles desnudos.
Los niños apadrinados pueden tener la garantía de asistir a un colegio. De tener su ropa o sandalias. Ir al colegio supone tener una merienda asegurada que a veces será el único alimento que tomarán en ese día y si enferman tienen asegurados sus medicamentos.
Lo más importante es que las familias con niños apadrinados no se sienten solas ya que saben que alguien se interesa por ellos. Es una nueva forma de vida. Antes, ellos nacían, vivían, enfermaban y morían y nadie sabía de su existencia y mucho menos sus propios gobernantes. Ahora una prioridad es que el niño apadrinado tenga su propio registro de nacimiento.
El niño apadrinado está amparado. Sabe que tiene un lugar donde ir para que se le ayude cuando tiene alguna necesidad. Muchas veces se les ha ayudado con medios para construir una casa digna. Que los niños y sus familias tengan paredes, con ventanas y un techo es nuestro objetivo en el centro de Breves Pará.
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