Shivani y las nueve horas.
06/06/2016
Shivani tiene sólo 15 meses, pero ya sabe lo que es pasar horas y horas aburrida en completa soledad. Sus movimientos están restringidos por una cinta de plástico que une su tobillo a una piedra y que sólo le permite moverse en un diámetro de poco más de tres metros. Se llama Shivani y vive en Ahmedabad, al oeste de la India, donde sus padres pasan largas jornadas trabajando en una obra por un sueldo paupérrimo de 250 rupias al día –menos de 3,5 euros–.
La cinta le deja a Shivani una capacidad de movimientos restringida a 3 metros de diámetro.
La trágica situación que atraviesa la familia ha obligado a Sarta Kalara, la madre de la menor, a sujetar a su hija a una piedra. La joven, de 23 años, asegura que es la única opción que le queda para que Shivani no se escape mientras ella y su marido están cavando zanjas para el cableado eléctrico de la ciudad. “La ato para que no se vaya a la carretera. Mi otro hijo tiene tres años y medio y no puede hacerse cargo de ella”, lamenta Sarta.
Shivani pasa nueve horas al día sola, sin juguetes ni amigos, en una calle donde es fácil llegar a los 40 grados de temperatura. En los breves lapsos de tiempo que Sarta tiene como descanso –momento en que el resto de sus compañeros aprovecha para beber agua y refrescarse ante el insoportable calor–, corre para llegar a dar de comer a su hija. “Los jefes no se preocupan por nosotros o nuestros hijos. A ellos sólo les interesa el trabajo”, cuenta esta madre a quien denegaron una plaza para poder dejar atendida a su niña mientras trabaja.
Desde 'Save the Children' en la India, explican que este tipo de 'guarderías' para empleados son muy poco frecuentes en el país. “Deben crear guarderías, bien por parte del Gobierno o de las compañías de construcción. Ha de haber un lugar seguro para esos niños. Ahora corren el riesgo de resultar heridos”, comenta Prabhat Jha, responsable de protección infantil de la citada organización. Mientras tanto, Shivani continuará cubriéndose de polvo callejero, sola y atada a una piedra. “En este lugar hay mucho tráfico. No tengo otra opción. Hago esto por seguridad”, explica la madre de la menor sobre la situación diaria de la pequeña.
(fuente: El Confidencial)
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Fundación Juan Bonal se enfrenta a situaciones como ésta, y aún más dramáticas, día a día.
Sus misiones en todo el mundo, especialmente en la India, ponen especial atención a la infancia y a la mujer.
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana atienden diariamente a miles de niños y niñas en todo el mundo, para tratar de luchar contra realidades así. Cubren las necesidades de los niños y ayudan a sus padres a tener una oportunidad.
En centros de la India, como Ankur o Ahmedabad, la infancia puede realizarse, en lugar de escapar para dejar paso sólo a una madurez temprana que arruina la inocencia de los pequeños.
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