Una experiencia enriquecedora y difícil de olvidar
23/01/2023
El Padre Miguel, colaborador permanente de Fundación Juan Bonal y muy implicado en la obra social de ésta, viajó recientemente a Bolivia, donde visitó diversos centros y misiones, que desarrollan una intensa actividad por los más desfavorecidos, y ha relatado las experiencias de su viaje a un país con el que mantiene estrechos lazos de cariño.
Pasó por Cochabamba, una ciudad con 841.000 habitantes a 2.554 metros de altitud. Era un día de encuentro con las Hermanas de la Caridad de Santa Ana y con los sacerdotes de Tarazona, que se encargan de la parroquia de Santa Mónica con la Madre Lila.
Realizó una visita al hogar San José de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Toda la jornada se llenó de miradas y abrazos inolvidables.
Después, fue a La Paz, una ciudad de 766.468 habitantes a 3.500 metros de altitud. Allí, visitó el Hogar Villegas. Expresó cómo le sigue impresionando verlo todo envuelto en vida y amor. También visitó el Comedor de la Exaltación, donde se da de comer y se curan muchas heridas.
En otra jornada, el Padre Miguel viajó a Machacamarca, una ciudad de 2.206 habitantes a 3.728 metros de altitud, en la región de Oruro. Fue un día especial, en el que hubo tiempo para la celebración de la Eucaristía con los alumnos del Colegio Murillo. El Padre visitó el comedor y vio a las familias. Expresó que había sido un día de gracia.
Después, el viaje del Padre Miguel le llevó al Alto, donde viven 1 millón de habitantes a 4.180 metros de altitud. Allí mantuvo un día de encuentros con los becarios y sus familiares, con algunos de los que terminaron sus estudios... Fue un día de fiesta, agradecimiento, satisfacciones, ilusiones y esperanzas.
El Padre Miguel concluye que, con todos los simbolismos y significados de la cultura andina, celebró esos días "el mejor regalo que tenemos: la VIDA, y la VIDA de los que nos cuidan y nos acompañan desde ese misterio de amor que es DIOS".
El viaje del Padre Miguel terminó con una despedida nocturna en el aeropuerto del Alto de Bolivia y un encuentro matutino con las Hermanas. Agradece su estancia y a todos los que, dice, le han dado tanto, en una experiencia enriquecedora e imposible olvidar.
Fundación Juan Bonal es expresión de solidaridad.
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