El Dios de los Inocentes

Su mirada se fijó en mi. Estaba expectante por todo aquello que le podía ofrecer.

Aquellos movimientos torpes y desacompasados buscaban una oportunidad.

El centro de Elsie Gaches que Fundación Juan Bonal tiene en Manila (Filipinas) acoge a 630 niños con diferentes minusvalías.

¿Alguien sabe qué pinto yo aquí? Nací en el seno de una familia muy pobre. Con 4 años fui abandonado porque era diferente.

Sueño con estos barrotes como si fueran de papel. Sueño con volar más allá y poder ser como tú.

Aunque otros me den la espalda lo mejor que tengo es sentir la experiencia de tu amistad.

Nunca he modelado arcilla y no sé si esto será divertido.

Nosotros no estamos para juegos.

Voy a hacer un vaso para regalárselo a mi mamá cuando la conozca.

Trabajo con estos niños. Para mí son muy especiales. Siempre tienen una sonrisa.

La enfermería del centro atiende los casos más especiales.

Me han operado de Hidrocefalia.

Elsie Gaches tiene 180 empleados entre médicos, fisioterapeutas, profesores, logopedas, etc...

Buscamos “manos” que quieren compartir. Manos solidarias que ayudan a alcanzar sueños sencillos.

A veces nadie me escucha y es como si mis lágrimas se fundieran en la lluvia.

En Elsie Gaches se cocinan cada día 10 sacos de arroz, 150 kilos de carne, 200 kilos de pan y 200 kilos de verduras.

Las Hermanas de Santa Ana viven con estos niños. Ellas gestionan el único centro del país que acoge a niños con minusvalías.

Ser mujer en un país pobre es muy duro. Ser mujer en un país pobre y sufrir parálisis cerebral es indescriptible.