Una vida de entrega, acogida y cercanía

20/05/2025

Fundación Juan Bonal recuerda y rinde homenaje a la Hermana Montserrat Bean, que nos ha dejado tras una vida de cariño y dedicación a los más necesitados. Nació en 1942 en Fraga, Huesca, en una familia sencilla, unida, acogedora y creyente. En este ambiente cultiva su fe y en 1966 inicia su noviciado, comenzando en Vilafranca del Penedés sus pasos en la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, con mucha ilusión.

En 1978, es enviada al lugar que será su segunda patria, Bolivia, donde se entregó totalmente. Fue fundadora de la primera comunidad y colegios de El Alto - Bolivia. A lo largo de su vida, dejó su huella de acogida y hospitalidad en numerosos centros y misiones de las Hermanas en Bolivia, Venezuela, Perú y España.

Vivió gran parte de su vida en tierras andinas, donde fue un ejemplo de acogida y cercanía. Fueron 50 años viviendo y entregándose sin reservas. Al final de su vida, regresó a España.

Los recuerdos de la Hermana Montse hablan de una mujer alegre, graciosa, que hacía agradable la vida comunitaria, buscando siempre el lado bueno de todo, preocupada siempre por los más pequeños, que vivió sin prisa. Entendió que la educación era lo que nos ayuda a acortar distancias en la brecha social y en ello puso todo su empeño. Se hizo a las costumbres de su gente y las vivía y practicaba con respeto y gran identidad.

Son muchas las personas, especialmente las Hermanas de Bolivia, Perú, y Venezuela que han compartido la vida cotidiana y la misión con ella, que recuerdan y agradecen a la Hermana Montse su legado, y se unen a todos los que oran por ella con cariño y desean que descanse en paz para siempre.