Expresión de solidaridad

Fundación Juan Bonal, día a día luchando por el espíritu del Día Internacional de la Niña.

11/10/2017

11/10/2017 Fundación Juan Bonal, día a día luchando por el espíritu del Día Internacional de la Niña.

La celebración de este Día Internacional tiene como objetivo fomentar el reconocimiento de los derechos de las niñas y dar a conocer los problemas específicos que afrontan en todo el mundo, adicionales a los que sufren los menos privilegiados y que, en su caso, se agravan por la cuestión de género.
 

El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió designar el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña. El hecho se produjo a partir de una realidad: alrededor de mil cien millones de niñas afrontan su futuro con condiciones diferentes a las de los infantes varones. ONU-Mujeres, la agencia de la ONU encargada de promover la igualdad de género, recalca en sus mensajes que las niñas van al colegio, ayudan en casa, trabajan en fábricas, cuidan de sus familiares mayores y menores, y en muchos casos asumen responsabilidades de la vida adulta, desempeñando diversos papeles en el hogar, la sociedad y la economía local en que viven.
 

Lograr el progreso y la mejora de su calidad de vida no solo es bueno para ellas, sino también para sus familias, sus comunidades, las naciones y el mundo. Las niñas que se hallan en situaciones de crisis merecen dignidad y un trato justo, pero además son un gran potencial de poder, energía y creatividad, a pesar de constituir uno de los grupos de población más vulnerables y frágiles. Es obligación de gobiernos, organizaciones, entidades y la sociedad en general alcanzar un cambio en la situación que permita su empoderamiento para hacer de ellas personas independientes, con un desarrollo digno y respetuoso con su condición humana, lo que en muchos lugares del mundo no se cumple.
 

Fundación Juan Bonal lleva muchas décadas (más de un siglo) luchando por los derechos de la infancia, en especial de las niñas, debido a la situación de inferioridad en la que se hallan en muchos puntos del planeta. Decenas de centros en Europa, Asia, América y África centran sus esfuerzos, a través del trabajo duro que las Hermanas de la Caridad de Santa Ana desempeñan día a día, en mejorar las condiciones y la calidad de vida de estas niñas.
 

En Tropinka (Rusia), en Ankur (India) o en Ratz'um Kiché (Guatemala) podemos ver ejemplos de los muchos centros en los que las Hermanas recuperan a niñas de las calles, las salvan de la inseguridad en la que viven o redoblan sus esfuerzos por cubrir sus necesidades y devolverles la infancia. Empoderando a estas niñas, se les ofrece la posibilidad de enfrentarse a su futuro con las mismas posibilidades que los varones. De este modo, se abre la puerta para que su género deje de ser un handicap para su desarrollo, y se hace posible la igualdad.
 

Desde la nutrición hasta la sanidad o la educación, se trabaja en todas las áreas básicas necesarias para que estas niñas tengan opciones válidas para su vida adulta. Se hace especial hincapié en su educación: primaria, secundaria e incluso formación profesional a través de talleres y becas de estudios superiores, con las que se les forma para alcanzar una profesión que les permita obtener sus propios ingresos y ser adultas independientes.
 

Jornada a jornada, las Hermanas luchan activamente para que el mundo sea un lugar más justo, en especial para estas niñas, cuya situación de desequilibrio se ve restablecida gracias al compromiso de Fundación Juan Bonal.
 

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