Expresión de solidaridad

Trabajando desde las ruinas para las comunidades locales.

23/09/2016

23/09/2016 Trabajando desde las ruinas para las comunidades locales.
A 300 kms de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, se encuentra la misión de Mukila, donde se presta atención sanitaria y educación a las comunidades locales que viven en los poblados de alrededor.
 
Las Hermanas llegaron a este lugar en el año 99, después de que 8 años atrás partieran los anteriores religiosos que trabajaban aquí.
 
Encontraron una misión en ruinas, una escuela desatendida y mucha gente que las esperaba con ansiedad. Entre todos, comenzaron a trabajar. Limpiaron y pintaron la maternidad, el laboratorio, las consultas y el hospital. Buscaron agua y rehabilitaron un antiguo sistema de velier con una bomba de agua. Instalaron luz con paneles solares y un grupo electrógeno.
 
Entonces, una Hermana comenzó a desplazarse por los poblados. Se puso en marcha el trabajo en torno a las vacunaciones, la detección de casos de niños malnutridos y las clases de educación a las madres sobre cómo proporcionar a los niños una dieta correcta en su alimentación.
 
En el dispensario se hacen consultas prenatales y se atiende a mujeres en estado de gestación, además de ofrecerles formación y hospitalización. Además, se realizó un proyecto para rehabilitar la maternidad y se trabaja especialmente en la formación de enfermeros para la atención de enfermos.
 
Además de estas infraestructuras básicas, se crearon campos de desarrollo para hacer huertas familiares, y se les enseña a los beneficiarios a construir y mantener huertas donde cultivan maíz, sorgo, legumbres, pepinos, tomates, coliflor... que conforman su dieta, junto a la manioca y el cacahuete que recolectan.
 
El colegio trabaja con niños de primaria y secundaria. Los primeros están en régimen de internado, apadrinados que mayormente carecen de lo más básico. En secundaria, se forma a las chicas en pedagogía, corte y confección, comercio...; los chicos aprenden bioquímica y agricultura.
 
El centro de malnutridos atiende a varias decenas de niños. Cuando llegan al centro, se les pesa y calcula su porcentaje de malnutrición para adecuarles una dieta a medida, normalmente a base de papillas de cereal por la mañana y judías con arroz, pescado, carne o huevos.
 
Aquí son evidentes los distintos signos que conforman las religiones en el Congo y que en muchos casos derivan de la guerra y sus desastres. Hay muchos grupos: kinbanguistas, neoapostólicos, católicos, protestantes, musulmanes. Las Hermanas trabajan en medio de este crisol cultural por algo universal: la persona y su dignidad.
 
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